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Tradiciones del Bálsamo-Curas del Bálsamo

Diario de Adirondack

El abeto balsámico ha sido un importante recurso natural para la región de Adirondack durante muchos años. A continuación se presentan extractos de una serie de carteles titulada "Tradiciones del bálsamo" que ilustran los usos estacionales y la importancia del bálsamo.

Curas en la naturaleza

"Abundan los pinos, bálsamos, abetos y cicutas, y el aire está muy cargado de los olores resinosos que exhalan...(ejerciendo) una influencia muy beneficiosa sobre las mucosas enfermas".
Dr. Alfred L. Loomis, Discurso ante la Sociedad Médica del Estado de Nueva York, 1879.

El Dr. Edward Livingston Trudeau abre su sanatorio para enfermos de tuberculosis en Saranac Lake en 1884.

"Creo que el mayor beneficio se deriva de estar en el bosque a principios de la primavera, cuando los pinos, la cicuta y el bálsamo comienzan a brotar. Me han dicho que en esa época la atmósfera es especialmente dulce y curativa. El aire fresco, puro y medicinal de los Adirondacks es la mejor medicina del mundo".
Carta de L.C.F. de Scranton, PA, 24 de abril de 1885, en Joseph Stickler, The Adirondacks as a Health Resort, 1886.

En 1869, "Adirondack" Murray describe el caso de un joven al que los médicos de la ciudad daban por desahuciado y que había sido llevado a los Adirondacks, según pensaba su familia, para morir. Durmiendo en su lecho de bálsamo y pino, el inválido fue inhalando sus olores penetrantes y curativos. Día a día se fue fortaleciendo. Cinco meses más tarde volvió a la civilización, con sesenta y cinco libras más de peso, llevando su propia barca por los portes, restablecido.
William H.H. Murray, Adventures in the Wilderness, 1869.

Remedios caseros

"Un poco de brea de bálsamo mezclada con una cucharadita de azúcar era el remedio del tío Delbert para el resfriado. También recuerdo que se colocaba una almohada de bálsamo bajo la cabeza de una vecina enferma por la noche, para ayudarla a respirar mejor mientras dormía.
Rev. Daisy Allen, entrevistada por DeGarmo, 1987".

Margaret Merwin recuerda a su padre contando que en un campamento maderero algunos de los hombres empezaron a tirar las tortas calientes de la plancha, y una cayó en el brazo de un hombre. Le quitaron la tortita y se apresuraron a "ir al bosque y conseguir brea de bálsamo. Sólo la brea de bálsamo clara y la pusieron sobre todo eso y nunca tuvo ningún problema con ella".
Entrevistado por DeGarmo, 1989.

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